Me entrevistaron arriba de un Lexus GS300

Jorge, un ejecutivo de más de 20 años de experiencia laboral llega a nuestra consulta apesadumbrado por la última entrevista que le realizaron, ya que creía que en el coaching había sido entrenado en todas las variantes de entrevistas laborales, no obstante ésta última no se parecía en nada a ningunos de los formatos que había conocido.

Nos cuenta que llegó puntualmente a la entrevista con un Director de una empresa. Éste, una persona de un poco más de 60 años de edad, lo recibe en su oficina y a penas lo saluda le pregunta si tiene 2 horas disponibles para la entrevista. Jorge le contesta que sí, y acto seguido el Director le dice que lo acompañe a una reunión urgente que tiene en las afueras de Santiago.

Bajan juntos al estacionamiento y el Director le pide a Jorge que por favor maneje él, ya que no tiene licencia por que se la suspendieron por 30 días y le pasa las llaves de su Lexus GS300 del año.

Jorge se siente algo intimidado, pero en virtud del agradable y relajado trato del Director se sube al auto y comienza su viaje-entrevista con el Sr. Director.

Jorge se sube al auto, revisa los espejos, mueve el asiento y ya  se siente “dueño” del Lexus.

Jorge, acostumbrado a manejar desde los 15 años, no tuvo ningún inconveniente en sacar el Lexus del primer nivel del estacionamiento subterráneo, “mucho más fácil que sacar el auto del nivel -6 al que estoy acostumbrado” nos dijo Jorge.

Al salir del estacionamiento Jorge le consulta hacia dónde se dirigen, el Director le señala que debe salir hacia la Costanera Norte. Jorge no le pregunta a qué hora deben llegar al destino ni tampoco dónde es exactamente la reunión.

A tres cuadras de la oficina, Jorge mira el indicador de bencina y se da cuenta que está casi vacío. Le informa esto al Sr. Director y comienza a dirigirse hacia la estación de servicio que él conoce, cuando el Director, con un tono de recriminación, le pregunta que como sabe si el combustible que le queda alcanzará para llegar a la reunión si no sabe dónde es la reunión ni tampoco cuál es el rendimiento del auto….Jorge no supo que decir….

Una vez que toman la Costanera Norte, el Director habla por su celular y cuando corta la llamada, le dice a Jorge que deben estar en Curacaví en 15 min. Nuestro cliente le dice al Sr. Director que no se preocupe, que llegarán a la hora….(es decir que a 140 km/hr llegarán a la hora….). El Director sin inmutarse, empieza a entrevistarlo y anota en un pequeño cuaderno algunas respuestas de Jorge.

Cuando Jorge respondía, el Sr. Director miraba el camino y le daba instrucciones a Jorge: “acelera, frena, pasa este camión, ojo con los carabineros que se paran más allá, pone el turbo, saca el turbo, etc, etc), además cambiaba la temperatura interior, movía el sunroof, subía y bajaba las ventanas….y además hacía preguntas técnicas acerca del próximo trabajo.

Jorge además trataba de manejar en forma correcta, pero con la presión de la hora, las preguntas y las instrucciones del Sr. Director, a los 10 minutos ya se cambiaba de pista sin señalizar, andaba a 130 km/hr en zona de 100 km/hr y mostraba su malestar cuando algún automovilista iba por la pista izquierda a menos de 140 km/hr….

Llegaron a Curacaví 5 minutos atrasados, el Sr. Director le dice a Jorge, “buen tiempo, felicitaciones, si hubiese estado mi chofer seguro que llegamos a la hora”.

Tuvieron una reunión de 10 minutos con un Socio de una empresa inmobiliaria que quería vender un extenso terreno a la empresa del Sr. Director.

 A la vuelta, el Sr Director le pregunta a Jorge sobre su parecer del terreno en cuestión y Jorge le da su opinión versada sobre la viabilidad de un proyecto inmobiliario en esa zona y otras consideraciones técnicas avaladas en su extensa experiencia en la industria inmobiliaria.

Una vez más, el Sr. Director, con un tono de disgusto le dice “Interesante opinión para alguien que no conoce la Visión de nuestra empresa…” Ahí Jorge empieza a entender lo que tanto le dijimos “Una entrevista no es un interrogatorio, es una conversación” y el viaje tanto de ida como de vuelta había sido un interrogatorio, Jorge presionado por manejar y sintiéndose seguro -…como no estarlo si estaba manejando el auto nuevo del dueño- y tratando de demostrar que era un excelente candidato, no hizo ninguna pregunta con lo que no transformó la entrevista en una conversación si no que en un interrogatorio.

Estamos seguros que esta es una situación extrema de entrevista laboral, pero muchas veces los candidatos se encuentran con situaciones inesperadas como la relatada anteriormente y nuestra recomendación es siempre la misma:

•    No improvises. Lleva historias
•    Trata por todos los medios de contar tu relato
•    Debes dejar en claro tu Oferta de Valor
•    Ser proactivo, pero no dominar la reunión.

Para la próxima entrevista Jorge sabrá que debe estar preparado para cualquier escenario, como por ejemplo estos que nos han comentado algunos clientes: armar rompecabezas, jugar con piezas de Legos, responder memorándums, asistir al informe sicolaboral al departamento de la sicóloga, entrevistas grupales, presentaciones en power point sobre uno mismo, manejar el auto nuevo del dueño, etc.

En el caso comentado, a Jorge lo traicionó la ansiedad y no hizo preguntas antes de tomar decisiones importantes, además al sentirse seguro arriesgó demasiado (por ej. Que hubiese sucedido si hubiese tenido un accidente). En una entrevista laboral no se debe arriesgar ni improvisar nada.

Si necesitas apoyo en la búsqueda de un nuevo trabajo no dudes en escribirnos y agendar una reunión sin costo para conocer tu situación y armar una propuesta según tus necesidades, escríbeme a Juan Carlos Tapia juancarlostapia@placehunter.cl